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martes, 28 de mayo de 2019

El carnicero más sincero del mundo

Un carnicero gaditano se hace famoso por pregonar su divorcio en el cartel de su local. «Ahora sí que os vais a enterar»

El carnicero más sincero del mundo


El carnicero más sincero del mundo

Si creen que España es un país de embusteros es porque no conocen a Paco. En la misma nación en la que un ala política no sabía decir «crisis» y la contraria no sabía decir «rescate», en ese paraíso del eufemismo Francisco Lozano pregona su divorcio... en mayúsculas y desde un toldo. En letras capitales, bien grandes y en blanco sobre azul. Paco y su carnicería no abren en la Moncloa ni en Ferraz, sino en el barrio de la Laguna de Cádiz, una ciudad a la que los dioses regalaron –junto al Carnaval, las bajamares y el viento de Poniente–, una destreza única de reírse hasta de su propia muerte, una alquimia imposible para la gracia. Solo en esa galaxia del arte comedido y la autocrítica feroz se puede entender que una carnicería que se llamaba ‘Mi mujer y yo’ pasara a llamarse hace ocho meses ‘Mi ex mujer y yo’. Esta es la pequeña historia de un gran ataque de franqueza que va camino de convertirse en un viral de las redes sociales. Aquí no hay ‘fake’ ni photoshop que valga. «Lo primero que quiero dejar claro es que yo no quería popularidad y que no deseo ofender a mi exmujer», explica Paco, de 43 años, sorprendido por la llamada del reportero y la difusión de la imagen en Twitter y Facebook.

Lo confirma desde el bullicio de un negocio que nació hace doce años al calor de una larga vida en pareja y un futuro cuyo cielo azul se terminó por nublar. Cuando se casaron hace 23 años todo eran ellos. Querían reflejar una relación indestructible: la carnicería se llamaría ‘Mi mujer y yo’, al estilo de aquellos camioneros que bautizaban sus máquinas con los nombres de sus amadas pintados a brocha sobre la cabina. Después, todo se torció y en noviembre del año pasado, se divorciaron. «Aquello no funcionaba».

Más que un arrebato de despecho (se fue él), su rótulo daba una explicación. «Mira, venía la gente a preguntarme así con guasa... ‘Oye, que no veo a tu mujer...’ ‘Normal, si estoy separado’, pensaba yo». Su cabreo fue en aumento. Quizás una carnicería de barrio con un carnicero divorciado sea el escenario para la tormenta perfecta de la indiscreción. «Imagínate, todos esos clientes que venían allí con el ‘Oye que me he enterado’...». Y así una y otra vez. «¿Que te has enterado? Pues ahora sí que os vais a enterar de verdad», pensó. Tomó una escalera, un pequeño bote de corrector blanco y con su minúsculo pincel echó afuera su gran verdad. «Pinté un ‘ex’ delante de ‘mujer’ y así conté que me había separado. Me quedé tan ancho y le puse un poco de humor a las cosas tristes de mi vida».

Y no era broma
«Al principio creíamos que era una broma que le había gastado alguien con mala leche», comenta Elena Martínez, una de sus vecinas en el barrio de La Laguna. No sabían que la broma se la estaba gastando él a sí mismo. El asunto se confirmó entre el vecindario cuando hace más de un mes, un empresario de rotulación se acercó a la carnicería, conoció la historia y se rindió a los pies de Paco. «Al hombre le debió hacer gracia o algo, porque me regaló el toldo», explica el propietario, que desde entonces atiende bajo la historia de su matrimonio, una biografía cuajada de ires y venires, de broncas y reconciliaciones a la vera de las cintas de lomo y las pechugas de pollo, resumida casi milagrosamente en dos carteles.El de arriba, el más antiguo, habla de ‘Mi mujer’, el otro de ‘Mi exmujer’, 23 años en 24 letras; es casi un haiku.
Una cosa no le salió bien: le siguen preguntando por su mujer.

–¿Cómo se lo ha tomado ella?
–No lo sé, porque no la veo.

– ¿Y sus dos hijos?
– Me dicen que vaya guasa que tengo, pero les hace gracia.

No fue solo un chiste. Con el corazón y el negocio amortizados, Paco Lozano quería estar «un poquito en el mercado». Aquel letrero daba la bienvenida a las pretendientas de sus 43 años. Dejando claras las cosas, tal vez ligara su cuerpo de carnicero.

– ¿Y hasta la fecha ha entrado alguna con intención?
– La verdad es que no.

domingo, 9 de diciembre de 2018

El puto perro

Un carnicero estaba a punto de cerrar su negocio cuando vio entrar un perro. Trató de espantarlo, pero el perro volvió.

Nuevamente intentó espantarlo, pero entonces se dio cuenta que el animal traía un sobre en el hocico.

Curioso, el carnicero abrió el sobre y en su interior encontró un billete de 50 pesos y una nota que decía: "Por favor: mándeme con el perro 1 kg de carne picada de ternera y 2 kg de pulpa"

Asombrado, el carnicero tomó el dinero, colocó la carne picada y la pulpa en una bolsa y puso la bolsa junto al perro, pero olvidó darle el cambio al perro.

El perro empezó a gruñir y a mostrarle los colmillos.

Al darse cuenta de su olvido, el carnicero puso el cambio del billete en la bolsa; el perro se calmó, tomó la bolsa con el hocico y salió de la carnicería.

El carnicero, impresionado, decidió seguir al can y cerró a toda prisa su negocio.
El animal bajó por la calle hasta el primer semáforo, donde se sentó en la acera y aguardó para poder cruzar.

Luego atravesó la calle y caminó hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada, cuando vio que era el autobús correcto, subió seguido por el carnicero.

Varias cuadras después, el carnicero, boquiabierto, observó que el can erguido sobre las patas traseras, tocaba el timbre para descender, siempre con la bolsa en el hocico.

Perro y carnicero caminaron por la calle hasta que el animal se detuvo en una casa, donde puso la bolsa junto a la puerta y, retirándose un poco, se lanzó contra ella, golpeándola fuerte. Repitió la acción varias veces, pero nadie respondió en la casa.

En el colmo del asombro, el carnicero vio al perro tomar la bolsa con el hocico, rodear la casa, saltar una cerca y dirigirse a una ventana. Una vez allí, tocó con las patas en el vidrio varias veces, sin soltar la bolsa; luego regresó a la puerta.

En ese momento, un hombre abrió la puerta... ¡y comenzó a golpear brutalmente al perro! El carnicero corrió hasta el hombre para impedirlo, diciéndole: "Por Dios, hombre, ¿qué está haciendo? Su perro es un genio!.... ¡Es único!"

El hombre, evidentemente molesto, respondió: "¡¡Qué genio ni qué mierda!! Es la segunda vez en la semana que este perro puto se olvida de las llaves.... y yo cagando en el baño!!"

MORALEJA DE ESTA NOTICIA FALSA:

Por más que te esfuerces y cumplas más allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de un jefe siempre estarás por debajo de lo que él quiere.
Reenvía esta noticia a quien creas que trabaje como un PERRO.

"No te tomes tan en serio la vida... Al fin y al cabo no saldrás vivo de ella!!

El puto perro