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martes, 28 de mayo de 2019

La crisis toca fondo: un licenciado universitario trabaja de espantapájaros

La crisis toca fondo: un licenciado universitario trabaja de espantapájaros. Un universitario inglés acepta un trabajo para ahuyentar perdices con un cencerro.

La crisis toca fondo: un licenciado universitario trabaja de espantapájaros

 La crisis toca fondo: un licenciado universitario trabaja de espantapájaros

Estoy dispuesto a trabajar de lo que sea con tal de encontrar un empleo. Esta máxima en épocas de crisis es la que ha llevado a un universitario inglés a enfundarse un chubasquero naranja y esgrimir un cencerro para ahuyentar perdices. Todo un símbolo de cómo están cambiando las cosas.

Los últimos meses de la vida de Jamie Fox, de 22 años, se resumen en dos fotografías. En la primera de ellas, tomada este verano, aparece sonriente con su toga y su birrete, recién graduado en Música e Inglés por la Universidad de Bangor, y dispuesto, como todos, a comerse el mundo.

La segunda imagen, tomada sólo unos meses después, es muy distinta. Fox aparece sentado en medio del campo, enfundado en un abrigo naranja chillón, con un ukelele en sus brazos y un cencerro. Es su nuevo empleo: espantador de perdices en un campo de colza en el este de Inglaterra. Eso sí, con un sueldo que merece la pena.

Si decide ver el vaso medio lleno, podrá consolarse con que, de alguna manera, su empleo está relacionado con la música, porque para espantar a las aves su jefe le ha proporcionado un acordeón que debe tocar cuando se acerque el peligro. Lo del ukelele es cosa suya, ya que se ha propuesto aprender a tocarlo en sus ratos libres. Pese a todo, la otra mitad de su titulación, el inglés, tendrá más difícil practicarla.

Un sueldo de 1.200 euros
Fox fue contratado por el granjero ante la evidencia de que los espantapájaros de toda la vida no daban resultado ante unas perdices sin miedo y sin complejos. Por su trabajo de ahuyentador de pájaros cobra 300 euros a la semana, 1.200 al mes, un sueldo, desde luego, nada desdeñable.

Mientras encuentra un trabajo que se adapte a sus gustos, el joven ha decidido ver el lado bueno de su nuevo empleo, que no está sólo en el sueldo, sino en la posibilidad de aprender a tocar un instrumento y a leer un buen puñado de libros, actividades que sólo debe interrumpir cuando lleguen extraños al terreno que vigila.

“Mis amigos me tienen envidia –declaró a la BBC-. No es un mal trabajo, porque puedo estar sentado, he leído unos cuantos libros y he podido escuchar mucha música. Algunos de mis amigos ganan más pero están muy estresados”. La situación cambiará, desde luego, con la llegada del frío y la lluvia.

Su caso demuestra, por un lado, que la crisis económica ha hecho que prácticamente ningún trabajo sea ya despreciable. Y, por el otro, que no siempre los mejor cualificados son los que más ganan: cuántos ingenieros sobradamente preparados suspirarían por un primer empleo con esa remuneración.

Uno de cada de tres españoles afirma que folla media hora a la semana

Uno de cada de tres españoles afirma que las tensiones de la crisis han afectado a sus relaciones y tienen media hora de sexo a la semana.

Uno de cada de tres españoles afirma que folla media hora  a la semana

Uno de cada de tres españoles afirma que folla media hora  a la semana

La crisis también llega al sexo. Los españoles tienen menos relaciones por culpa del estrés, las preocupaciones diarias, la búsqueda de un trabajo y el desencanto, en general. Un tercio de los españoles asegura que tiene menos líbido, lo que ha supuesto un descalabro en el tiempo dedicado a las relaciones más íntimas.

En 2010, según señala el Estudio Europeo sobre Satisfacción Sexual 2012, realizado por Pfizer, los españoles dedicaban una media de dos horas semanales; ahora, solo una media de 34 minutos a la semana. Las estadísticas confirman lo que saben los sexólogos clínicos: que cuando una persona tiene problemas o conflictos internos y externos, repercute sin duda en su deseo y en su estado de ánimo, disminuyendo la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales. No obstante, a pesar del descenso en la cantidad de minutos, los españoles apenas han alterado el número de relaciones: lo practican cerca de dos veces por semana (1,7), con un promedio de duración por cada relación sexual de 20 minutos, una cifra ligeramente superior a la media europea -que se sitúa en 1,6 veces por semana- y solo por detrás de los italianos que, con 1,8 relaciones a la semana, se colocan a la cabeza del ranking.

A pesar de estos datos, los españoles consideran el sexo como una parte significativa de su vida que les ayuda a mejorar su estado de ánimo, sobre todo en épocas de estrés. El 96 % de los encuestados considera importante la satisfacción sexual y la buena calidad de las relaciones sexuales y a un 82% les gustaría mejorar su vida sexual, el porcentaje más alto de toda Europa (casi 20 puntos por encima de la media), algo que estaría relacionado con la falta de educación sexual existente en el país. La ansiedad y el estrés ante la ejecución sexual son malos compañeros de viaje para una erección satisfactoria en todos los varones, independientemente de su edad.

El informe, que es de carácter europeo, muestra que en los países con una situación económica similar a la española –es decir, mala–, la vida sexual se ve afectada. Así, una quinta parte (21%) de los participantes italianos dice que la situación económica ha repercutido en su deseo sexual o capacidad de llevar una vida sexual satisfactoria, frente al 11% de la población sueca y al 9% de las personas de Alemania y Reino Unido.

Alquiler con sexo

La crisis económica impulsa un nuevo 'negocio inmobiliario' en España: tu cuerpo por una habitación.

Alquiler con sexo

Alquiler con sexo

"Ofrezco habitación individual a chica joven delgada y todos los gastos pagados a cambio de sexo y buen rollo. Soy educado, limpio, con trabajo estable y de buen ver. Interesadas enviad foto". Éste es un anuncio real. Se puede leer en un portal inmobiliario de los muchos que proliferan en la Red. Y es que cada vez es más normal encontrarse con gente que ofrece habitaciones a cambio de sexo o viceversa, quienes ofrecen su cuerpo a cambio de un techo donde poder vivir.

Basta con teclear 'habitación por sexo' para que la pantalla del ordenador despliegue un largo listado de clasificados. Da igual la ciudad, la edad, o la nacionalidad, la oferta es amplia y de lo más variada. "Hombre de 27 años. Busco amiga para compartir piso a cambio de sexo ocasional. No importa tu edad. La habitación es amplia e independiente". En la mayoría de los casos, los gastos del piso van incluidos con el pago sexual. "Busco chica que me dé mucho placer. Le pago el alquiler y un sueldo. Enviar e-mail".

El perfil de quien hace oferta: hombres jóvenes con pocos recursos pero mucha cara. No tienen que perder, y por lo que se ve, mucho que ganar. Ellos fijan las normas y entre las condiciones que plantean casi todos coinciden en pedir unos determinados requisitos físicos. Siempre hay gente que accede a ese tipo de proposiciones, generalmente chicas jóvenes, que ven así una forma de ahorrar dinero y atravesar más holgadas sus problemas económicos.

Aunque algunos lo tachan de prostitución, lo cierto es que el arrendamiento a cambio de sexo, favorecido por la privacidad que ofrece Internet, es la nueva cara de fenómenos como las páginas de contactos para hacer amistades, de agencias matrimoniales en línea o de grupos para contactos sexuales según gustos particulares. Y un sistema de alquiler cada vez más común en España que, de seguir así, podría llegar a convertirse en el nuevo negocio inmobiliario para enfrentarse a la crisis.