martes, 28 de mayo de 2019

Servicios públicos... demasiado públicos

Los mirones se apostan frente a un hotel de Nueva York y gozan de los baños 'demasiado' cristalados de uno de los clubes más chics.

Servicios públicos... demasiado públicos

Servicios públicos... demasiado públicos

En uno de los clubs más exclusivos de Manhattan parece mentira que el rincón más íntimo del local pueda verlo cualquier transeúnte. En lo alto del Standard Hotel de Nueva York, en el piso 18, The Boom Boom Room es el bar de moda entre la élite neoyorquina y el famoseo. Los que han tenido la fortuna -nunca mejor dicho- de tomarse dentro una copa coinciden al recomendar las impresionantes vistas que dan al río Hudson y a la ciudad gracias a los grandes ventanales de más de tres metros de altura. Sin embargo, no es esta panorámica la que más llama la atención.

Lo auténticamente sugerente es plantarse en la calle frente al edificio en cuestión, alzar la vista y comprobar la 'transparencia' en la parte de los baños. Al decorador se le olvidó poner cortinas en esta zona de la fachada y los clientes, convencidos de que el acristalamiento les protegía de los mirones, se comportaban con toda naturalidad, rollo en mano, en sus momentos más íntimos.
Apostados en el parque High Line, en el distrito Meatpacking, turistas y vecinos han encontrado un sonrojante entretenimiento.

La clientela del Standard supo que sus necesidades más personales habían pasado a ser públicas cuando un periódico local soltó la noticia. «¡Vi a la gente saludándome mientras estaba sentado en el baño!», confesó alarmado David Langdom, uno de los pillados. Su hija Belinda, de 24 años, reconoció que «saberte el centro de las miradas mientras haces pis es bastante espeluznante». Para colmo de males, entre los mirones empezaron a hacerse habituales las cámaras de fotos. «Son pervertidos, solo espero que nadie me reconozca en la calle», se consolaba Belinda.

Los responsables del hotel, ganador del Municipals Arts Society of New York al mejor edificio nuevo en 2008, se negaron a comentar el asunto. Pero, curiosamente, poco después de saltar la noticia sobre la 'luminosidad' de sus lavabos el insólito espectáculo ha bajado el telón. Unas cortinas negras impiden ahora visionar lo que ocurre en la toilette. «Estaban haciendo limpieza y se olvidaron de colocarlas de vuelta en su sitio», aclaró el gerente del local.

Descuido o no, muchos se lo pensarán dos veces antes de 'sentarse' y los rumores sobre los afectados no tienen fin. Ya hay quien se pregunta si Leonardo Dicaprio y Cameron Diaz -asiduos del club- estarán entre los 'cazados'.

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